La hidrólisis es una reacción química con la que conseguimos descomponer el colágeno en unidades más pequeñas, lo que hace que sea más fácil y rápido digerir, absorber y sintetizar de nuevo en nuestro organismo.

Hay distintos métodos para hidrolizar el colágeno. La hidrólisis enzimática es un tipo de hidrolisis que permite descompone la proteína de colágeno en unidades más pequeñas (péptidos de colágeno) y que estos sean de una calidad mucho mayor. Al hidrolizar enzimáticamente, la proteína es tratada a temperatura suave lo que permite que la reacción sea totalmente controlada y no se generen residuos que contaminen el producto. El resultado final son aminoácidos puros, que son los aminoácidos útiles para la síntesis de proteínas.

Para que el colágeno se absorba debe ser colágeno hidrolizado, es decir, predigerido. Es necesario que sea predigerido puesto que el colágeno tiene un tamaño muy grande que hace muy complicada su digestión. Una vez el colágeno ha sido hidrolizado se absorbe como cualquier otra proteína.

El formato polvo no solo es mejor absorbido por el organismo, sino que también permite ingerir dosis elevadas en una sola toma. Lo contrario ocurre con el formato pastilla que alberga dosis muy pequeñas y es necesario tomar muchas para ingerir la dosis óptima.

Cada zona de nuestro cuerpo tiene sus propias células formadoras de colágeno. Las células formadoras de colágeno en los huesos son distintas a las células formadoras de colágeno del cartílago, la piel, entre otras.
El tipo de colágeno que utilicemos será más afín a unas células o a otras. El colágeno tipo 2 tiene mayor afinidad con las células formadoras de colágeno situadas en los huesos y los cartílagos; en cambio, el colágeno de tipo 1 y 3 tendrá mayor afinidad y eficacia en zonas como la piel, las uñas o el cabello.

Su procedencia suele ir vinculada a la calidad de la materia prima. El colágeno porcino tiende a ser de menor calidad que el bovino, avícola o marino.
Por otro lado, cabe destacar que el colágeno vegano no existe. El colágeno es exclusivo del reino animal.

Recomendamos dosis altas de colágeno, entre 10-15g diarios, para asegurar su formación dentro de nuestro cuerpo. Dosis por debajo son insuficientes para la correcta formación de colágeno.

La vitamina C es esencial para la formación de proteínas, entre ellas el colágeno. Sin ella no se produce colágeno.

Debemos ingerir vitamina C ya que nuestro cuerpo es incapaz de sintetizarla ni tampoco de almacenarla, por lo que solo durará 5h en nuestro organismo.

Siendo la vitamina C esencial para la formación de colágeno y teniendo una duración en el cuerpo tan corta, hace que sea imprescindible ingerirla junto con el colágeno para que este sea aprovechado en su totalidad y no sea eliminado.

Aparecen resultados a partir de las 4-6 semanas del consumo diario de colágeno hidrolizado en dosis de entre 10-15g. Los resultados pueden varias dependiendo de la persona.

No existe una limitación en cuanto a la duración de su consumo. En consumo mínimo son 3 meses y se puede utilizar de forma continuada. Si se desea, se pueden hacer un descanso al año de entre 1 y 3 meses.

Se puede tomar en cualquier momento del día.

Mezclar 1 dosificador con 200 ml de líquido y remover bien. Puede mezclarse con líquidos fríos y calientes.

Los complementos alimenticios a base de colágeno no tienen evidencia de que tengan efectos secundarios. Sin embargo, no se puede garantizar la ausencia de un posible efecto indeseable según las características individuales de la persona. Ante la sospecha de un efecto secundario, se recomienda dejar de tomarlo y consultar con un médico.

Principalmente: ayuda a la salud de la piel, cabello y uñas; aumenta el brillo y luminosidad de la piel y refuerza su elasticidad y firmeza; apoya la salud de los huesos y las articulaciones; apoya el sistema digestivo saludable; apoya las paredes de los vasos sanguíneos; ayuda a fortalecer el suelo pélvico; ayuda en el sangrado de las encías.

Existen muchos tipos de colágeno, aunque en suplementación se usan principalmente 3.

El colágeno tipo 1 y 3 para la piel, el cabello y las uñas. El colágeno tipo 2 para músculos, huesos, ligamentos y tendones.